viernes, 20 de febrero de 2009

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La educación pública en España y sobre todo en Andalucía presenta unos niveles de excelencia pésimos según se desprende de los resultados del informe PISA, que compara los niveles de conocimiento en diversas materias, como matemáticas y lengua, entre los adolescentes de múltiples paises de todo el mundo. Además, los niveles de violencia entre adolescentes son cada vez más preocupantes.
Para solucionar este gravísimo problema la Junta de Andalucía y más concretamente la Consejería de Educación ha lanzado un plan para la mejora de los resultados de los estudiantes.
Dicho plan consiste en pagar a los profesores hasta 7000 € siempre y cuando cumplan una serie de requisitos.
Estos requisitos son, entre otros, aumentar el número de aprobados, promocionados y titulados.
Evidentemente estas mejoras estadísticas dependen directamente de la evaluación del profesorado.
Ésto se puede interpretar como un burdo soborno, como un intento de delegar la responsabilidad del fracaso del sistema educativo exclusivamente al profesorado, como una solución demagógica que no busca solucionar el problema sino solo maquillarlo o todo a la vez.
Por lo tanto no cabe otra postura que el rechazo frontal ante este desatino político del gobierno andaluz.